La muerte de Elizabeth supondría un gran impacto y tristeza en la sociedad colombiana, la cual quiso homenajearla con un último adiós al que asistieron más de 500 personas. Su pérdida significaba la desaparición de la primera mujer colombiana dentro del rap y posiblemente de las pioneras de Sudamérica. Pero sobre todo, se apagaba la luz de un talento reconocido y de una niña que se convirtió desde muy pronto en mujer al enfrentarse a circunstancias injustas de la vida.
Sin duda, Melissa fue y sigue siendo un ejemplo inolvidable para las generaciones posteriores del rap colombiano.
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